Conflictos comunes en la devolución de fianzas por arrendamiento

Conflictos comunes en la devolución de fianzas por arrendamiento

Al finalizar un contrato de arrendamiento, el propietario está legalmente obligado a devolver la fianza que recibió al inicio del contrato. Esta fianza suele utilizarse para cubrir posibles daños en la vivienda o gastos pendientes. Aunque este proceso debería ser sencillo y automático, en la práctica, puede volverse muy complicado. La devolución de la fianza frecuentemente genera conflictos, transformando lo que fue una relación amistosa en una disputa legal. La clave para evitar estas situaciones es comprender y manejar correctamente las obligaciones legales y contractuales desde el principio.

Refranes y dificultades en la devolución de una fianza

El refranero español ofrece una valiosa perspectiva sobre las dificultades relacionadas con la devolución de dinero, especialmente cuando se trata de fianzas. Un refrán particularmente relevante es «quien entra como fiador, sale por pagador». Esta expresión refleja la realidad de que, en muchas ocasiones, quien entrega dinero en fianza puede tener dificultades para recuperarlo.

Este problema es común en los contratos de arrendamiento urbano. Al entregar la fianza, el propietario puede confundir estos fondos con su propio dinero, complicando la devolución cuando finaliza el contrato. En muchos casos, los propietarios hacen todo lo posible por no devolver la fianza, y el arrendatario se enfrenta a numerosas dificultades para recuperar su dinero. Este es un problema que debe ser abordado con anticipación para evitar conflictos mayores.

Mecanismos para evitar litigios en la devolución de la fianza

Para reducir la posibilidad de conflictos en la devolución de la fianza, es fundamental incluir mecanismos claros en el contrato de arrendamiento. Aunque estos detalles no siempre se consideran al firmar el contrato, pueden prevenir futuros litigios. Un enfoque proactivo en la redacción del contrato puede facilitar la resolución de disputas, asegurando que ambas partes tengan expectativas claras desde el principio.

Inclusión de cláusulas que faciliten la devolución de la fianza

Una forma efectiva de prevenir conflictos es incluir en el contrato cláusulas específicas que describan el procedimiento para la devolución de la fianza. Por ejemplo, se puede acordar que, al finalizar el contrato, ambas partes realicen una inspección conjunta de la vivienda. Esta inspección debe documentarse en un informe detallado, que incluya el estado de cada estancia y cualquier daño observado.

El contrato también puede prever la posibilidad de que, en caso de desacuerdo sobre los daños o su valoración, se nombre a un perito independiente para que realice una evaluación objetiva. Este perito tendría la tarea de elaborar un informe en un plazo breve, permitiendo que ambas partes lleguen a un acuerdo sin necesidad de recurrir a acciones legales. Establecer estos procedimientos desde el principio ayuda a minimizar malentendidos y asegura un proceso más transparente y justo.

Importancia de un acuerdo amistoso

En muchas situaciones, es preferible llegar a un acuerdo amistoso, incluso si implica ceder en algunos aspectos. Si ambas partes actúan de buena fe, es posible que se retenga una parte de la fianza por conceptos como limpieza o reparaciones menores, pero el objetivo debe ser siempre evitar un litigio. Un acuerdo, aunque no sea perfecto, es generalmente mejor que un pleito largo y costoso.

Obligación legal de consignar la fianza en organismos oficiales

En algunas comunidades autónomas, como la Comunidad Valenciana, existe una normativa específica que obliga al propietario a depositar la fianza en una cuenta bancaria oficial. El Decreto 46/2022 del Consell regula este proceso y establece sanciones para los propietarios que no cumplan con esta obligación. Sin embargo, es importante señalar que esta normativa se refiere principalmente a la relación entre el propietario y la administración, y no ofrece beneficios directos al arrendatario en términos de facilitar la devolución de la fianza.

Implicaciones del depósito de la fianza

El depósito de la fianza en una cuenta oficial es un trámite obligatorio que el propietario debe cumplir al inicio del contrato. Este depósito asegura que la fianza esté disponible para su devolución al finalizar el arrendamiento. Sin embargo, esta normativa no suele tener un impacto directo en la relación entre el arrendador y el arrendatario, ya que el proceso de devolución de la fianza sigue dependiendo del acuerdo entre ambas partes y del cumplimiento de las condiciones del contrato.

Inclusión de garantías adicionales en el depósito

Una recomendación importante es que, además de la fianza, se incluyan en el depósito oficial cualquier garantía adicional que se haya acordado en el contrato. Esto proporciona una mayor seguridad al arrendatario, ya que todas las cantidades depositadas estarán bajo la misma protección legal. Esta práctica, aunque no es obligatoria en todas las comunidades autónomas, puede prevenir futuros conflictos al asegurar que todos los fondos entregados están sujetos a las mismas normas de devolución.

Pasos a seguir antes de la devolución de las llaves

Para evitar problemas en la devolución de la fianza, es recomendable que el arrendatario tome ciertas precauciones antes de entregar las llaves. Documentar el estado de la vivienda es uno de los pasos más importantes que puede tomar el inquilino para proteger sus derechos.

Documentación y pruebas

Antes de devolver las llaves, el arrendatario debe realizar un reportaje fotográfico detallado de la vivienda, incluyendo todas las estancias y cualquier detalle relevante. Este reportaje, acompañado de un documento que describa el estado de la vivienda, debe ser presentado al propietario para su revisión y firma antes de la entrega de las llaves. Este documento actúa como un acuerdo formal entre ambas partes y puede ser fundamental en caso de que surja un conflicto.

Importancia de un acuerdo previo a la entrega de llaves

Lograr un acuerdo antes de la entrega de llaves es crucial. Una vez que el arrendatario abandona la vivienda y entrega las llaves, pierde gran parte de su capacidad para negociar la devolución de la fianza. Por ello, es esencial que ambas partes lleguen a un acuerdo sobre cualquier posible deducción de la fianza antes de que el inquilino se retire de la propiedad. Este acuerdo debe ser detallado y por escrito, especificando las cantidades retenidas y el plazo en que se devolverá el resto de la fianza.

Conflictos comunes en la devolución de fianzas por arrendamientoNegativa a recibir o entregar las llaves por disconformidad

En algunas situaciones, puede haber desacuerdo entre el propietario y el arrendatario sobre el estado de la vivienda o las deducciones de la fianza. En estos casos, se debe actuar con cautela para proteger los derechos de ambas partes.

Nombramiento de un perito

Si surge una disconformidad que impide la entrega de las llaves, una solución es nombrar a un perito independiente para que realice una evaluación imparcial del estado de la vivienda. Este perito debe proporcionar un informe detallado sobre los daños y su valoración, lo que puede servir de base para resolver el conflicto. Con este informe, el arrendatario puede solicitar la devolución de la fianza al propietario, proponiendo una cuantía razonable para retener en caso de daños.

Consecuencias de entregar las llaves sin acuerdo

Entregar las llaves sin un acuerdo previo sobre la fianza puede ser un error costoso para el arrendatario. Una vez que las llaves han sido entregadas, el arrendatario pierde control sobre la situación y sus posibilidades de recuperar la fianza disminuyen considerablemente. Por esta razón, es vital asegurar que cualquier desacuerdo se resuelva antes de la entrega de las llaves, ya sea a través de un acuerdo amistoso o mediante la intervención de un perito.

Reclamación judicial para la devolución de la fianza

En última instancia, si no se logra un acuerdo, el arrendatario puede verse obligado a recurrir a la vía judicial para recuperar su fianza. Este es un proceso que debe considerarse solo como último recurso, dada su complejidad y los costes asociados.

Procedimiento judicial y complicaciones

El proceso judicial para reclamar la devolución de la fianza generalmente se realiza a través de un juicio verbal, especialmente cuando la cantidad reclamada no excede los 2.000 euros. En estos casos, no es obligatoria la asistencia de un abogado ni la representación de un procurador, lo que significa que el arrendatario deberá presentar su propia reclamación ante el juzgado.

Sin embargo, enfrentarse a un propietario que puede contratar un abogado para defenderse puede complicar significativamente la reclamación. Por ello, es recomendable intentar resolver el conflicto de manera amistosa antes de recurrir a la vía judicial. Contratar un abogado para realizar una reclamación extrajudicial puede ser una opción más eficaz y menos costosa.

Costes y riesgos del procedimiento judicial

Acudir a la vía judicial implica no solo costes económicos, sino también un riesgo considerable de perder el caso. Si el propietario presenta una defensa sólida, el arrendatario podría encontrarse en una situación desfavorable, con pocas posibilidades de recuperar su fianza. Por ello, este camino debe considerarse solo cuando la cantidad en disputa sea significativa y justifique los costes asociados con el procedimiento judicial.

Antes de llegar a este punto, siempre es preferible intentar resolver el conflicto de manera amistosa, mediante negociaciones directas o con la ayuda de un abogado que pueda mediar entre las partes.

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